¿Estás iniciando un negocio o ya lo iniciaste y aún no logras organizarte financieramente?

La mayoría de las veces, cuando iniciamos un negocio, tenemos una idea de lo que queremos lograr, pero no está del todo clara. Sabemos que somos excelentes creando un producto o prestando un servicio, pero ¿qué otras cosas hacen falta?

Lo que comúnmente pasa cuando decidimos emprender un negocio, es que empezamos con los recursos que tenemos a mano y en el camino vamos moldeando la figura de lo que finalmente queremos. Me parece bien que no te detengas por “trámites administrativos”. No obstante, más temprano que tarde, esos trámites se vuelven necesarios para mantener con vida a tu empresa; por eso es importante que formalices tu negocio. Y ¿Qué implica eso? Muchas cosas (obligaciones y derechos también), pero no tires la toalla; no es imposible, lo importante es comenzar e ir sumando. Acá te digo cómo hacerlo.

La formalización implica que tengas el acta constitutiva de tu empresa debidamente registrada, lo cual permitirá obtener todas las demás identificaciones y permisos que hagan falta, así como abrir cuentas bancarias, obtener créditos, etc., y a su vez generará más confianza en tus clientes. Haciendo esto, tu empresa podrá facturar y elevar sus precios en la medida justa de un negocio bien constituido. Lo mejor de todo: Los clientes lo aprecian y pagan por ello. Si no lo hacen, no se trata de tu “cliente ideal”.

Por otra parte, es súper importante la organización del dinero. Este es un tema que por falta de entendimiento o resistencia emocional, pocos dominan. La mayoría de los emprendedores hemos cometido el error de iniciar un negocio sin tener el dinero para ello, lo cual probablemente nos lleva a desistir porque “no está funcionando”. Debes tener perseverancia y sobretodo entender que necesitas un plan de arranque, una estrategia que permita delimitar tus propósitos y acciones.

¿QUÉ HACER?

1. Crea la visión general de tu negocio

¿Dónde y cómo ves a tu empresa en uno, tres y cinco años? Trata de ser lo más preciso y realista, pero de manera optimista. Eso te servirá de guía para saber qué hacer y en qué basar tus decisiones financieras.

2. Determina cuánto dinero necesitas

Determina cuánto dinero necesitas para poner en marcha tu negocio y busca ese dinero. Lo ideal sería que utilizaras recursos propios para iniciar y que acostumbres a tu empresa a trabajar con esos mismos recursos. También puedes solicitar financiamiento (créditos, inversionistas), pero esto te lo recomiendo sólo si ya has comprobado que tu negocio funciona y que puedes tener el retorno de esa inversión, de modo que no quedes atado a ello. Cuando solicitas financiamiento debes procurar utilizarlo para invertir y no para gastar; esto hace la diferencia.

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3. Organiza el dinero de la empresa

Si bien te has esforzado mucho y eres el propietario del negocio, debes sincerar tu relación con el dinero. Si vas a obtener dinero de tu empresa para fines personales (cosa que es perfectamente normal), procura colocarte un sueldo de Director, de manera que sepas que tienes un límite para aprovechar las ganancias de tu empresa.

4. Controla tus ingresos y egresos

Es posible que no tengas conocimientos de contabilidad para asumir la responsabilidad de llevar las finanzas tu negocio y a pesar de ello debas hacerlo. En la mayoría de los casos, cuando emprendemos o tenemos una Start-Up, nos vemos forzados a encargarnos de TODO, somos dueños, gerentes, asistentes, mensajeros, obreros, etc.

Para empezar, una forma de tener algo de orden en tu contabilidad es llevar un registro del dinero que entra y sale mes a mes de tu empresa, detallando las operaciones que generaron esas entradas y salidas (realiza una sencilla tabla con dos columnas para que vacíes esa información). Está bien que hagas esto en los inicios, pero no te acostumbres a ser tú quien se encargue de todo si lo que quieres es tener una empresa en todo el sentido de su palabra; de lo contrario solo tendrás un autoempleo, un negocio que no puede marchar sin ti.

Por eso es importante que delegues funciones y responsabilidades a especialistas en cuyo trabajo confíes, sin olvidar que como propietario debes estar al día con la situación de tu empresa en todos los niveles. Y recuerda: el sistema financiero afecta todo, es el reflejo de las operaciones y de la dirección de tu empresa.

5. Elabora un cuadro con los gastos fijos de tu negocio

Esos gastos que independientemente de que hayan ingresos o no, deben hacerse (alquiler, servicios, sueldos, etc.); de esta forma sabrás el monto mínimo que debe ingresar a tu empresa para cubrir al menos estos gastos y podrás tener un punto de partida para saber que lo que ingrese adicional a eso, puede distribuirse en inversiones u otros conceptos para hacer crecer cada vez más tu empresa y cumplir tus objetivos empresariales.

6. Crea una lista de los indicadores de la salud financiera de tu negocio

Eso te permitirá saber cuándo vas por buen camino y obviamente cuándo no, para saber qué acciones tomar. Existen varios conceptos que pueden darte indicios del estado financiero de tu empresa; principalmente tres: La liquidez (capacidad de la empresa de cumplir con sus pagos a corto plazo), la solvencia (capacidad de la empresa de cumplir con sus pagos a largo plazo) y el nivel de endeudamiento (el porcentaje o proporción de la empresa que se sirvió de un financiamiento). Conociendo el contenido de estos indicadores podrías trazar tus próximas estrategias con el dinero de tu empresa.

Espero que esto te haya aclarado el panorama para la organización básica de las finanzas de tu negocio.

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Photo Credit: Philip Taylor

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